Inca Urco

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Urco Inca

Único retrato conocido de Inca Urco. Notése que el autor lo califica como el noveno inca.
Inca perdido entre Huiracocha Inca y Pachacútec
Predecesor Huiracocha Inca
Sucesor Pachacútec
Información personal
Nacimiento Probablemente el Cuzco
Familia
Dinastía Hanan Qusqu
Padre Huiracocha Inca
Madre Curi Chulpi

Inca Urco (en ortografía moderna quechua: Inka Urqu) podría ser considerado como el noveno gobernante de la etnia inca; sin embargo, el puesto lo ocupa Pachacútec. Inca Urco fue el hijo preferido de Huiracocha Inca y durante su gobierno (siempre bajo la tutoría de su padre) escapó junto a él ante la inminente llegada del ejército chanca. Probablemente, fue el gobernante más detestado por su pueblo, pero lo que se entiende con certeza es que hizo la gestión más nefasta en la historia incaica.

Biografía[editar]

Inicios[editar]

Tuvo como padres a Huiracocha Inca y a Curi Chulpi, hija predilecta del señor del aillu Ayavilla. Siendo Inca Urco un hijo secundario, Huiracocha Inca le tuvo cariño especial, inclusive más que a sus hijos principales. Tuvo como hermano entero a Socso, y medio hermano (por el lado paterno) a Pachacútec.

Cogobierno[editar]

Inca Urco gobernó mientras su padre seguía vivo; en realidad, fue un cogobernado el que hizo. Siempre estuvo bajo la tutoría de su ya decrépito padre quien, desde Calca, le mandó la mascapaicha o corona real inca.

Inca Urco no hizo conquista alguna, tampoco organizó ninguna expedición de conquista. Durante su gobierno, la etnia inca no se sentía bien protegida y clamaba a gritos su destitución, cosa que por temor a Huiracocha Inca no lograron conseguir.

Perversión de Inca Urco[editar]

La mayor parte del día se le veía en las casas de recreo inca, no gestionaba obras, bebía hasta altas horas de la noche y no era raro verlo en la madrugada orinando y vomitando en las vías públicas. Era muy promiscuo inclusive con mujeres que no eran sus esposas. Se cuenta que cuando hablaba con una mujer, le preguntaba por la salud de sus hijos, dando a entender que él había tenido relaciones sexuales con ella y no su esposo. Su perversión lo llevó incluso a buscar mujeres entre las clases sociales bajas.[1]

Cobardía[editar]

Había un descontento unánime en toda la etnia inca, incluso algunos generales incas intentaron asesinarlo, pero por temor a Wiracocha Inca no lo lograron. Cuando el poderoso estado chanca mandó una solicitud de rendición a la etnia inca, Huiracocha Inca la aceptó y junto a Inca Urco escaparon de los dominios incas abandonando a su etnia. Cuando Pachacútec expulsó a los chancas, invitó a Huiracocha Inca a retornar al Cuzco para celebrar pero este rechazó la oferta argumentando que Inca Urco fuera llamado a recoger los laureles de la victoria, cosa que ni Pachacútec ni el mismo pueblo quiso.

Resentimiento y muerte[editar]

Inca Urco y Huiracocha Inca hicieron un plan para eliminar a Pachacútec, estaban celosos de su victoria y carisma en el pueblo inca. Inca Urco y un pequeño ejército emboscaron a Pachacútec, quien informado los esperó preparado y los derrotó. Al ver el fracaso de su intento de recobrar el poder, herido y humillado, Urco cae a un río y trata de huir pero es alcanzado por uno de sus medios hermanos, Inca Roca, siendo capturado y descuartizado.[2]​ Sus restos fueron arrojados al río Tambo.[3]

Véase también[editar]

Notas[editar]

  1. Rostworowski, María (2014). Pachacutec Inca Yupanqui. Lima: Instituto de Estudios Peruanos. p. 107. ISBN 978-9972-51-060-1. «Era tan vicioso y dado á lujurias y deshonestidades, que sin curar della (se refiere a la Coya su mujer), se andaba con mujeres bajas y con mancebas que eran las que quería y le agradaban; y aún afirman que corrompió algunas de las mamaconas questaban en el templo, y era de tan poco honra, que no queria que se estimassen. Y andaba por las mas partes de la ciudad bebiendo; y después tenia en el cuerpo una arroba y mas de aquel brebaje, provocándose al vómito, lo lanzaba, y sin vergüenza descubria las partes vergonzosas, y echaba la chicha convertida en orina; y a los orejones que tenian mujeres hermosas, cuando las veia, les decia: 'Mis hijos, ¿como están?' Dando a entender que habiendo con ellas usado, los que tenian eran dél y no de sus maridos. Edificio ni casa nunca lo hizo; era enemigo de armas; en fin, ninguna cosa buena cuentan del sino ser muy liberal. (Cieza de León, Del señorío de los incas, cap. XLIV, p. 217) ». 
  2. Rostworowski, María (2014). Pachacutec Inca Yupanqui. Lima: Instituto de Estudios Peruanos. p. 114-118. ISBN 978-9972-51-060-1. 
  3. Espinoza, 1997, p. 75.

Referencias[editar]